
En verano, los pies pasan de estar siempre a cubierto con calcetines y zapatillas cerradas a entrar en contacto con el exterior. Dejar los divertidos calcetines y el calzado de todo el año a un lado es una de las mejores cosas del verano. Salir de casa en chanclas o con sandalias ortopédicas, o ir descalzo por la piscina o a la playa todo el día, es lo que muchos nos pasamos esperando todo el año. Aunque con el buen tiempo y la liberación de los pies no todo es positivo; el contacto con el suelo sucio, espacios en los que muchas personas andan descalzas o el simple hecho de que nos puedan sudar demasiado los pies son el contexto perfecto para la aparición de los incómodos hongos.
Nuestra fuente:Feed MRSS-S Noticias Publicado para Latino America