
Una mujer de mediana edad pasó tres días ingresada en el Hospital Puerta de Hierro (Madrid) tras administrarse hace unos meses un enema de la llamada Solución Mineral Milagrosa (MMS, en sus siglas en inglés) con el objetivo de “purificarse”. Este producto, un desinfectante industrial parecido a la lejía, ha sido promocionado en los últimos años por curanderos y seguidores de las pseudociencias como una solución mágica a múltiples enfermedades —VIH, malaria, coronavirus, diabetes…— y trastornos del neurodesarrollo, como el autismo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de Sanidad han reiterado desde 2010 que el uso de MMS entraña “un grave riesgo para la salud” y que “no está recomendado en ningún caso”.
Nuestra fuente:EL PAÍS Edición México: el periódico global en EL PAÍS Publicado para México