
“La canción que más suena es ‘corrupción, corrupción, corrupción”, aleccionaba estos días a los oyentes de Spotify un anuncio que publicitaba la manifestación del PP bajo el lema “mafia o democracia”. Sin duda, esa ha sido la melodía omnipresente desde hace más de un año en el Congreso, en las tertulias políticas y en buena parte del universo digital informativo (o seudoinformativo). Fuera de ahí, resulta más que dudoso que la machacona canción haya constituido un bombazo. Según el último barómetro del CIS —con datos que, al contrario que sus estimaciones de voto, la mayoría de expertos considera fiables—, el epígrafe “la corrupción y el fraude” ocupa el puesto 13º en la clasificación de preocupaciones ciudadanas, encabezada por la vivienda.
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