
Hemos asistido a otro episodio vergonzoso protagonizado por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Se marchaba de la Conferencia de Presidentes celebrada en Barcelona al oír hablar euskera o catalán. España es un país plurilingüe y de ahí, en parte, su riqueza cultural. Riqueza que durante muchos años estuvo silenciada. Esto, además de ser una falta de respeto, es una amenaza y un símbolo de que hay gente intolerante con la cultura de este país. Así que como decía el viernes Imanol Pradales a Ayuso: “No queremos vivir en un país en el que puedes tomar cañas en libertad pero no hablar en tu idioma”.
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