
En 1971, John Connolly, Secretario del Tesoro de Estados Unidos, pronunció una frase que resonaría durante décadas: “El dólar es nuestra moneda, pero vuestro problema”. Aquel año, Estados Unidos registró por primera vez desde el inicio de su hegemonía global un déficit por cuenta corriente que llevó el 15 de agosto a Nixon a interrumpir las transmisiones televisivas para ofrecer un mensaje que cambiaría la economía mundial para siempre: “He ordenado al secretario Connally que suspenda temporalmente la convertibilidad del dólar por oro”. El sistema de Bretton Woods creado 25 años acababa de dejar de existir para dar paso a la era de financialización de la economía global.
Últimas noticias: la última hora de hoy en EL PAÍS