
“Hombre osado fue el primero que comió una ostra”, escribió Jonathan Swift en Polite Conversation (una conversación amable) para glosar el terror a lo insondable de quien nunca las ha probado. Debió de ser osado y también antiguo, porque las ostras son fuente de nutrientes para el ser humano desde el Mesolítico, aunque su prestigio como alimento haya pasado de lo común a lo selecto según la época y el lugar. De lo que no hay duda es de que siguen siendo saludables, son bajas en grasas y calorías, ricas en proteínas y fuente de minerales, vitaminas y omega 3.
Especial Gastro 'El País Semanal'
Este artículo forma parte del especial Gastro que se publica este domingo en ‘El País Semanal’.
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