
La mañana del 19 de marzo un buque cisterna atracó en el puerto de Tampico (Tamaulipas) con más de 10 millones de litros de diésel de contrabando. La embarcación, con bandera de Singapur, fue asegurada por autoridades mexicanas luego de que se detectaron irregularidades en su documentación aduanal. El Gobierno confirmó, días más tarde, que el barco provenía de Texas e ingresó a los puertos mexicanos del Golfo de México con papeles falseados que supuestamente transportaban toneladas de aditivos para aceites lubricantes. En realidad, venía cargado de combustibles.
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