
Una reunión del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia con el presidente Luis Arce y representantes de todos los poderes del Estado y de los partidos políticos inscritos en las elecciones ratificó este jueves que el proceso electoral boliviano continuará sin modificaciones hasta el día de las elecciones, el 17 de agosto. Esta fue la respuesta de la clase política del país a los conflictos sociales que lleva adelante Evo Morales desde hace 11 días en busca de su habilitación como candidato. El expresidente, que no fue invitado a la reunión, pidió públicamente la aprobación de una ley para que “todos los representantes políticos puedan candidatear”. “Que me ganen en las urnas”, desafió. Los órganos públicos y los demás partidos, también los de izquierda, ignoraron esta exigencia.
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