
El presidente Gustavo Petro agitó en agosto del año pasado las banderas propalestinas y decretó un bloqueo a las exportaciones de carbón colombiano a Israel. La sanción contra las operaciones militares en Gaza no era una cuestión menor. El país sudamericano es el mayor proveedor para la energética estatal situada en Haifa. Un año más tarde, sin embargo, la realidad discurre por otros caminos a los que deseaba el mandatario. El comercio de este recurso clave entre Sudamérica y Medio Oriente continúa. Casi sin alteraciones. Además, la enviada de la ONU, Francesca Albanese, que se encuentra en una cumbre multilateral en Bogotá a favor de los palestinos, evidenció recientemente en un informe que multinacionales como Drummond y Glencore, que extraen dicho mineral del norte de Colombia, están ligadas a los daños provocados por la ocupación en Palestina.
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