
Ya ni nos acordamos de cómo somos los blancos heterosexuales y menos aún de cómo éramos cuando no sabíamos siquiera lo que se suponía que éramos: sí sabíamos que todo andaba muy revuelto por dentro y por fuera pero de eso hace ya muchos años, sobre todo para quienes rondamos la edad plenísimamente madura, por no decir directamente provecta. ¿Qué decíamos, qué queríamos, qué sentíamos? Ni idea. Pero la gracia de no saberlo se compensa del todo cuando un libro valiente y sin complejos se atreve a preguntar a hombres de todas las edades lo que les pasa hoy, ahora, cuando unos dicen que, de verdad, es que no se puede decir nada, otros aseguran que padecen los excesos de las feministas locas y otros siguen paseando su mirada arrogante y hasta altiva por el paisaje femenino a la espera de iniciar la caza.
Nuestra fuente:EL PAÍS América Colombia: el periódico global… en EL PAÍS Publicado para Colombia