
Asar carne se ha convertido en una religión. Y no solo en Argentina, país en el que forma parte inherente de su cultura y propia identidad, según un estudio universitario en el que revelaba que más de un 72 % de las familias tenían una parrilla en casa. En España, con un consumo per cápita que supera los 40 kilos, esta práctica se mantiene en alza y cuenta cada día con más adeptos que ven en la barbacoa un entorno seguro y social donde animarse a experimentar con la cocina dentro de su terraza o jardín.
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