
¡Qué final la del domingo en Roland Garros! No encuentro palabras para describirlo. No quiero pensar, porque me lo puedo imaginar, lo mal que lo pasaron los familiares y los equipos de Carlos Alcaraz y Jannik Sinner. Fue una de esas ocasiones en las que lo más humano es lamentar que los dos tenistas no pudieran compartir ex aequo el trofeo. El del domingo fue su primer enfrentamiento en una final del Grand Slam y en disputa no solo estaba levantar la Copa de los Mosqueteros, sino también dar un paso más en su lucha por dilucidar quien de los dos será el que logre anotarse más títulos en este tipo de torneos. De momento, el jugador español domina por cinco a tres.
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