
Dicen los corridos que Marco Ramírez Chávez era un joven estudiante y trabajador, hasta que el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) lo sedujo. “No hubo avance, tuve que entrarle”. Pronto empezaría a escalar en la organización, hasta ser una de las cabezas criminales del cartel en Irapuato, Guanajuato, bajo el alias El Chacorta. Las descripciones de tres corridos han sido clave ahora para que la Fiscalía de Guanajuato acredite el perfil criminal de Ramírez Chávez, que ha derivado en una condena judicial de 80 años de prisión por el secuestro de un hombre en 2020, en Irapuato. El cuerpo de aquel muchacho, del que solo ha trascendido su primer nombre, Luis, fue encontrado días después en una fosa clandestina.
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