
En un terreno de cien hectáreas al norte de la capital panameña, un complejo gigantesco con un nivel de bioseguridad 2, se alza entre la selva tropical centroamericana. Ahí, a solo unos kilómetros del aeropuerto internacional de Tocumén, unas 180 personas, la mayoría de ellas científicas, técnicas y especialistas estudian analizan y producen 100 millones de moscas estériles a la semana, que luego son dispersadas sobre territorio mexicano, la práctica más eficiente descubierta en 1937 para contener la plaga del gusano barrenador del ganado (el GBG). El regreso de esta plaga, que se erradicó por primera vez en 1991, ha provocado el cierre de la frontera sur de Estados Unidos a las exportaciones de ganado mexicano, con pérdidas de millones de dólares cada día.
Nuestra fuente:EL PAÍS América Colombia: el periódico global… en EL PAÍS Publicado para Colombia