
El papa León XIV volverá a pasar parte del verano en la que era la residencia estival de los pontífices, el palacio y el complejo de Castel Gandolfo, a 25 kilómetros de Roma. Es noticia por eso, porque esa era la costumbre hasta que llegó Francisco, que renunció a ello en 2013 alegando que un papa no se coge vacaciones. Fue uno más de los golpes de efecto de sus primeros meses, y otra de sus vistosas rupturas con la tradición. Tres años después, el pontífice argentino incluso convirtió el complejo en museo. Además de que el pueblo de Castel Gandolfo lo vivió como un funeral, causó desconcierto en la curia romana, entre otras cosas porque suponía una crítica implícita a sus predecesores.
Nuestra fuente:EL PAÍS Edición México: el periódico global en EL PAÍS Publicado para México