
Más allá de los grandes hitos de Dublín —la universidad Trinity College, la National Gallery, la fábrica Guinness, el castillo o los pubs de Temple Bar—, la ciudad crece y cambia, con nuevos barrios que despuntan y que son más multiculturales, si cabe, mezclando el esplendor de la época dorada de la capital irlandesa, allá por el siglo XVIII, la vida urbana local y el popurrí de culturas que son la seña de identidad del Dublín contemporáneo. Es el caso de la zona norte del río Liffey: pasada la calle O’Connell, el bulevar más ancho y refinado de la ciudad, esperan museos, mercados y algunos de los mejores restaurantes étnicos. Además, el parque cerrado más grande de Europa, donde se alojan el presidente de Irlanda, el embajador de EE UU y el zoo.
Más información en las guías Irlanda y Dublín de Lonely Planet y en la web lonelyplanet.es.
Nuestra fuente:Feed MRSS-S Noticias Publicado para Latino America