
La Segunda República española se conoció como la República de los maestros, porque el gobierno depositó en una nueva generación de docentes bien preparados la responsabilidad de cambiar todo un país, entonces con altos niveles de atraso y analfabetismo. Con la Guerra Civil y la dictadura que la siguió se frustró aquel proyecto y se persiguió ferozmente a los maestros, muchos de los cuales fueron asesinados o depurados de sus funciones. Otros recalaron en México, exiliados para siempre. La necesidad de un empleo para ellos en el país de acogida era acuciante, razón por la cual se fundaron casi de inmediato colegios nuevos que fueron muy exitosos, como el Madrid o el Luis Vives en la capital. Menos conocidos por el gran público, pero con el mismo proyecto académico emanado de la Institución Libre de Enseñanza española, nacieron también en los albores del exilio los centros Cervantes, distribuidos por varios Estados mexicanos. El de Córdoba (Veracruz), fundado en 1940, cumple estos días sus 85 años y Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del presidente que abrió las puertas a más de 20.000 exiliados, será el invitado especial el 30 de este mes.
Nuestra fuente:EL PAÍS Edición México: el periódico global en EL PAÍS Publicado para México