
Así de rocambolesca es la vida. Primero una invitación, luego una rotura de ligamento cruzado, ocho meses de baja y rehabilitación después y, finalmente, unas señoras semifinales en el volcánico Roland Garros, cuyo suelo hoy vibra. A grandes rasgos, así ha sido el inverosímil viaje al primer plano de Loïs Boisson, que sonríe lo justo después de batir a Mirra Andreeva, al borde del llanto la joven rusa, y celebra también lo necesario porque este jueves le aguardan las semifinales de Roland Garros y no hay tiempo ni energía que perder. Y de eso va esta historia: de energía. Agotador ese despliegue que se ha llevado ya por delante a dos top-10 y otras tres adversarias, consumidas y ofuscadas. Maldice Andreeva: 7-6(6) y 6-3.
Deportes en EL PAÍS