
Qué manera de pegar, de correr, de dominar. “Menuda bestia”, se escucha en la tribuna. Bocas abiertas en la noche de Roland Garros, donde 15.000 espectadores se compadecen del tipo que guerrea como puede ahí abajo: a nadie le gustaría ser Tommy Paul, el hombre que sufre en silencio, que hace lo que puede, barrido. Carlos Alcaraz en modo máquina. Sinnerizado. Empeñado todo el mundo en que se robotice, el murciano atiende y dice: aquí me tenéis, focus, esto es lo que queríais. Ahora bien, que a él nadie le quite lo suyo, que nadie le prive de sus golosinas. Es un tenista bordándolo. Un todo absoluto: 6-0, 6-1 y 6-4, tras 1h 34m. Luego el viernes, careo en las semifinales con Lorenzo Musetti (6-2, 4-6, 7-5 y 6-2 a Frances Tiafoe).
“EL RESTO TENDRÁ QUE ESTAR AL 100%”
Alcaraz irrumpirá por séptima vez en las semifinales de un grande, lo cual quiere decir que solo Rafael Nadal (38) y Manolo Santana (8) lo han conseguido en más ocasiones que él entre los tenistas españoles. Se marchaba feliz el tenista —“que ustedes descansen”, se dirigía a los periodistas—, aunque rebaja: “No hay que dar nada por hecho”.
Dice el murciano que en el tenis todo cambia muy rápido, de modo que hay que “seguir concentrados” e intentar “mantener el mismo nivel”, independientemente del horario que pueda fijar la organización; presumiblemente será a las 14.30 (Movistar+), seguido el duelo de la segunda semifinal (20.00).
No obstante, cree que el recital “les demuestra a los demás el nivel al que puedo llegar” y les transmite que “van a tener que estar a su cien por cien” si quieren vencerle. Alcaraz firmó 27 tiros ganadores más que Paul (13) y le tiró 11 dejadas y bombeó 10 globos; solo cedió cinco puntos bajo sus primeros servicios y dos bajo segundos; se costeó 17 opciones de break, ninguna para el estadounidense.
Añade que este miércoles “será un bonito día de tenis” y que verá los cruces restantes porque “son dignos de sentarse y disfrutarlos”. Reconoce, además, que le gusta seguir el rastro de los adversarios. “Me encantan el tenis y los Grand Slams, soy un gran aficionado. Y Sinner es uno de esos jugadores a los que me encanta verle jugar. No anoto nada en la libreta, pero me lo quedo en la mente”, indica.
Por tanto, a buen seguro que sabe por dónde intentará buscarle las cosquillas Musetti, un competidor que ha progresado, pero que recientemente se diluyó ante él como un azucarillo, en las semifinales de Roma. En total, 5-1 favorable al español, que le superó allí y también en la final de Montecarlo.
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