
La precariedad parlamentaria del Gobierno amenaza el éxito de la reducción de jornada, la gran promesa del acuerdo que alcanzaron PSOE y Sumar en 2023. Las reticencias de Junts ante el proyecto que Trabajo pactó con los sindicatos complican que la jornada ordinaria caiga de 40 a 37 horas y media, pero hay otros cambios referentes al tiempo de trabajo que pueden prosperar sin el aval del legislativo. El departamento de Yolanda Díaz, como ha adelantado el lunes este periódico, reforzará el registro horario para hacerlo más efectivo, pase lo que pase con el anteproyecto de ley, porque para ello basta cambiar un reglamento mediante un real decreto.
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