
Las redes sociales han sido protagonistas en un episodio extendido de acoso sexual contra alumnas de un centro de preparatoria en el pueblo chiapaneco de Pijijiapan. En el discurso de graduación, una de ellas tomó el micrófono y denunció su caso, instando a otras que hubieran sufrido lo mismo a levantar las manos: lo hicieron cinco o seis, pero la abogada de la víctima asegura que el delito alcanza a casi una treintena, aunque el miedo o los problemas no las anima a presentar una denuncia formal. Es un pueblo pequeño, dice la letrada, Lourdes Ovando Wong, y todo corre de inmediato como la pólvora. El demoledor discurso de la estudiante quedó grabado y publicado. El profesor ha sido detenido, hay una denuncia más y el director del centro, Ariel Mendoza, ha renunciado a su cargo. Lo sucedido revela, de nuevo, los obstáculos con que se encuentran las víctimas: “Los maestros la amenazaron para que desistiera de la denuncia”, dice la abogada de la joven.
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