
Las instrucciones son simples: galleta, dulce de leche, galleta, baño de chocolate. El alfajor es un clásico del Río de la Plata, ese inmenso estuario que separa a Buenos Aires de Montevideo y que la poeta Ida Vitale llamó el río mar. Pero argentinos y uruguayos no solo comparten una frontera acuática. Los hermana, entre muchas pasiones, el culto por el alfajor, un dulce a medio camino entre golosina y pieza de repostería. Aunque antes de ser un emblema binacional, el alfajor fue una delicadeza árabe que cruzó el Atlántico en los barcos españoles y ya en manos americanas sufrió una metamorfosis total hasta convertirse en una seña de identidad rioplatense. Siglos después de embarcarse por primera vez, este tesoro de la confitería completa el círculo y regresa a Europa para reconquistar los paladares madrileños.
Nuestra fuente:Feed MRSS-S Noticias Publicado para Latino America