
A raíz de mi último artículo publicado en este periódico, en el que manifesté mi convicción de que el tenis necesitaba realizar ciertos cambios, se me instó a que los desgranara en este escrito. Vaya por delante que mi manera de pensar no me lleva tanto a proponer cambios para ver qué sucede, sino más bien a plantearme qué tipo de juego y espectáculo sería conveniente ofrecer, para a partir de aquí buscar las modificaciones que me permitan llevarlos a cabo. Yo parto, además, del convencimiento de que el deporte, como cualquier otra actividad, debe adaptarse a la nueva realidad que el mundo actual nos depara.
Deportes en EL PAÍS