
El taller de la sombrerera Ana Lamata (44 años, Santander) en Madrid está repleto de piezas de colección. No solo de los sombreros que ella misma elabora, sino de los que ha ido coleccionando a lo largo de su vida, todos ellos piezas datadas entre 1860 y 1960 que evidencian la evolución de este accesorio universal. Fue el coleccionismo lo que la llevó a dar un paso más allá y profundizar no solo en la historia de este complemento, sino también en los secretos de sus materiales y técnicas de fabricación. Un viaje que le ha llevado a convertirse hoy en una de las últimas artesanas de los sombreros que fabrica siempre a mano, a medida y por encargo, con materiales y tintes naturales con los que experimenta para obtener el tono adecuado. Sombreros que, además de cubrir la cabeza de sus propietarios, incluso han sido expuestos en el Museo del Prado como una pieza de arte más.
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