
Los Ángeles, California. No reconozco las calles. Están llenas de autos quemados, de miembros de la Guardia Nacional armados para la guerra, de edificios heridos con grafiti que grita una y otra vez obscenidades contra Trump y contra ICE, la policía migratoria. Pero lo que sí reconozco entre los miles de manifestantes que se han rebelado a las políticas persecutorias del presidente Donald Trump son las banderas mexicanas; es ese verde, blanco y colorado que aprendí a respetar y a querer de niño en México, antes de emigrar a Estados Unidos. Esas banderas ondean entre gases lacrimógenos y esa brisa helada que suele regalar el pacífico antes de que se ponga el sol.
Nuestra fuente:EL PAÍS Edición México: el periódico global en EL PAÍS Publicado para México