
A nadie le interesa robar una plantación de marihuana, hasta que llega el momento de la cosecha o de trasladar las bolsas con los cogollos. El crecimiento de estas plantaciones en España, perseguidas por la ley, y la necesidad de protegerlas, ha abierto un mercado que una organización criminal de Murcia estaba dispuesta a atender. El grupo, desarticulado por la Guardia Civil a mediados de mayo, se encargaba de proporcionar armas para esos momentos de máxima tensión, en los que los narcotraficantes se juegan todo el esfuerzo y los medios económicos dedicados, y se exponen a sufrir un vuelco, los famosos robos entre organizaciones de delincuentes. Sus líderes, pertenecientes a la misma familia, están investigados por revender versiones civiles de fusiles de asalto militares, rifles y escopetas policiales a otras organizaciones, según ha informado este jueves la Guardia Civil. Los precios a los que se comercializan en el mercado negro cuatro o cinco veces superiores. Si el precio de una de esas armas oscilaba entre los 900 y los 1.600 euros, podían conseguir hasta 8.000 euros, explican fuentes conocedoras de la investigación.
Nuestra fuente:EL PAÍS América Colombia: el periódico global… en EL PAÍS Publicado para Colombia