
Tres horas antes de que el presidente Gustavo Petro aterrizara en Cali este miércoles para encabezar un consejo de seguridad y hablar ante una concentración de simpatizantes, la ciudad barría esquirlas y recogía vidrios de los tres atentados con explosivos del martes. En el barrio Manuela Beltrán, al oriente, una motobomba estalló frente a un pequeño supermercado. 24 horas más tarde, los vecinos caminan con cuidado entre los vidrios mientras escogen las frutas y verduras. A dos kilómetros de allí, en el sector de El Mango, una patrullera de la policía señala los escombros que quedaron frente al comando, víctima de otra bomba. Y más al sur, en Meléndez —una de las zonas más populares de la ciudad, sede de varios colegios—, la gente ayuda a los uniformados a cerrar las vías que rodean el lugar de la tercera explosión.
Nuestra fuente:EL PAÍS Edición Argentina: el periódico global en EL PAÍS Publicado para Argentina