
Asegura el guitarrista mexicano Carlos Santana (Autlán de Navarro, Jalisco, 78 años) que, cada vez que visita España, realiza “el mismo ritual”: acercarse a Málaga en busca, una y otra vez, del genio de Pablo Picasso. Lo ha hecho en diferentes visitas privadas: encerrarse en el museo dedicado al pintor en su ciudad natal, como una suerte de güija que conecta a los artistas más allá de la vida. “Yo me identifico con Picasso, que era una persona brava. Él, para comenzar una obra nueva, dejaba todo lo demás de lado: su vida personal, las mujeres, la familia, cualquier distracción… Se deshacía de todo brutalmente para pintar y solo así podía crear una masterpiece [obra maestra] completamente diferente”. Sombrero calado y discurso a medio camino entre la experiencia religiosa y la memoria artística, esta leyenda viva de la guitarra eléctrica atiende a EL PAÍS por videoconferencia desde un hotel de Milán, al norte de Italia, antes de pisar suelo español este verano en la que será su primera gira por el país en veinte años.
Nuestra fuente:Cultura en EL PAÍS Publicado para Latino America