
La desaparición de Madeleine McCann fue el primer trauma global antes de que las redes sociales fabricasen traumas a diario. Nadie ha logrado explicar aún, 18 años después, qué ocurrió en aquel cuarto de una urbanización turística en Praia da Luz, en el Algarve portugués, donde la niña de tres años dormía junto a sus hermanos mellizos de 18 meses la noche del 3 de mayo de 2007, mientras sus padres, los médicos británicos Kate y Gerry McCann, cenaban junto a siete amigos en un restaurante del complejo como cada noche.
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