
La noche del 19 de noviembre de 1988, Christina Onassis cenó en la casa de su amiga Marina Tchomlekdjoglou Embirikos en el Tortugas Country Club de Buenos Aires, una exclusiva urbanización fundada en los años treinta del siglo pasado por el aristócrata español Antonio Maura y Gamazo. La heredera griega, una de las mujeres más ricas del mundo, se sentía a gusto en compañía de su anfitriona. Tchomlekdjoglou, al igual que ella, era miembro de una de las familias más poderosas en el negocio naviero, y estaba casada con Alberto Dodero, un peso pesado del comercio marítimo en Sudamérica, cuyo padre había sido mentor de Aristóteles Onassis.
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