
Ahora que están tan de moda las experiencias inmersivas, para inmersivo lo del Sónar. Qué chapuzón de impresiones provocaba el que te arrastraran, por ejemplo, a la segunda fila del trallero set de Interplanetary Criminal, a las tres y media de esta mañana, cuando luchabas como un arenque varado por recuperar el aliento. Y qué fuerte descubrir que aún te quedaban fuerzas no ya para tratar de escapar de aquello sino para integrarte en la masa que bailaba como si no hubiera un mañana (lo hay: es hoy, hay que afrontarlo), y hasta para no desentonar demasiado.
Nuestra fuente:Cultura en EL PAÍS Publicado para Latino America