
Todo parece indicar que para ciertos Estados su política criminal, para disuadir y proteger a sus ciudadanos contra peligrosos delincuentes, se ha convertido en criminalidad política. Esto está sucediendo porque han dejado de ser Estados de derecho y se han convertido en Estados criminales. Sus políticas en materia de seguridad nacional no son otra cosa distinta que la materialización de una tendencia irrefrenable hacia la criminalidad política en nombre de la soberanía estatal, la paz y la convivencia ciudadana. Sin duda, Estados Unidos e Israel con Trump y Netanyahu son en la actualidad los ejemplos más nefastos, con ventaja sobre Putin, porque ellos se sitúan por encima de la ley y desconocen de plano el derecho internacional.
Nuestra fuente:EL PAÍS América Colombia: el periódico global… en EL PAÍS Publicado para Colombia