
José Sánchez y Ernesto Artigao no olvidarán nunca la tarde del 21 de mayo de 2025. Estos dos guardias civiles, adscritos al Puesto de Peñas de San Pedro, viajaban en su coche patrulla por Albacete cuando un vehículo que circulaba por la CM-3203, en las inmediaciones de la capital manchega, les rebasó para frenar bruscamente unos metros más adelante. De su interior se bajó un hombre “haciendo aspavientos” e instándoles a frenar. De la parte trasera, salió una mujer llorando y pidiendo auxilio desesperadamente. En sus brazos, un bebé de unos quince meses de vida que había entrado en parada cardiorrespiratoria en el vehículo en el que viajaba junto a su madre y su abuelo.
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