
Por las conversaciones colombianas esta semana se mueven emociones difíciles de digerir, como la ansiedad de no saber bien qué pasó, la rabia al entender que una gran injusticia pasó, el desconcierto por no querer creer que eso que pasó, realmente, pasó. Y sobre todo el temor de que vuelva a pasar, de que Colombia esté encerrada en una violencia circular de la que es imposible escapar. Del trágico atentado ocurrido el sábado pasado contra Miguel Uribe Turbay, senador y precandidato del partido de oposición de derecha Centro Democrático, se saben aún pocas cosas. ¿Quién fue el autor intelectual del crimen? Solo hay teorías. ¿Va a sobrevivir el precandidato? Sigue en cuidados intensivos. ¿Cómo está su familia? Su esposa, vestida primero de negro y luego de blanco, da declaraciones de esperanza a diario desde la clínica ¿Qué impacto ha tenido esto sobre la democracia colombiana? Su magnitud aún es difícil de medir.
Nuestra fuente:EL PAÍS Edición Argentina: el periódico global en EL PAÍS Publicado para Argentina