
Una vez tras otra, sin guerra comercial y con ella, el Banco Central Europeo aplica la misma fórmula machaconamente: bajar los tipos de interés en 25 puntos básicos. Este jueves volvió a hacerlo, por séptima vez consecutiva, la octava desde que empezara la desescalada hace un año, para dejar el precio del dinero en un redondo 2%, su nivel más bajo desde diciembre de 2022. “Estamos bien posicionados para navegar las incertidumbres”, insistió la presidenta del BCE, Christine Lagarde, que cerró el círculo recuperando, un año después, el colgante con las palabras In charge —Al mando—, que utilizó en la rueda de prensa de su primer recorte de tipos en junio de 2024.
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