
Apenas quedan científicos serios fuera del consenso de que se está desarrollando de modo acelerado, ante nuestros ojos, una emergencia climática. El negacionismo es ahora económico: el conjunto de intereses que tratan de impedir que los efectos del cambio climático se integren en la política económica de los presupuestos de Estados y empresas, y consideren los costes. Un informe conjunto de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), cuyas conclusiones se han adelantado, indica que adoptar medidas energéticas para enfrentar la crisis climática aumenta el crecimiento económico en vez de dañar las finanzas, y que el colapso climático es una receta para la recesión permanente.
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