
El Sónar afronta su 32ª edición, la llamada a estar protagonizada por la despedida, quién sabe si definitiva, de la Fira de Montjuïc de Barcelona para albergar las actividades diurnas. Pero la masacre perpetrada por Israel en Gaza y la propiedad del festival por parte de KKR, fondo de inversión proisraelí con intereses inmobiliarios en la franja, han dinamitado el panorama, ahora marcado por las cancelaciones que en forma de goteo han obligado al certamen a buscar sustitutos de última hora.
Nuestra fuente:Cultura en EL PAÍS Publicado para Latino America