A las 11.27 de la mañana del 22 de diciembre, un niño del colegio de San Ildefonso daba el gordo de este año. “Setenta y dos mil cuatrocientos ochentaaaaaa”, gritó Piero Rai ante toda España. “Cuatro millones de eurooossssssss”, acompañaba Alice Ríos. El premio tocaba en La Rioja y por extensión en un modesto club de baloncesto del Distrito San Blas-Canillejas. Como todos los años, alguien del club, Distrito Olímpico, había comprado más de mil décimos en la administración agraciada de Logroño porque “le caía bien el lotero” así que la suerte viajó a Madrid y con ella las miles de participaciones que se vendieron mano a mano en apoyo a un modesto club muy querido en el barrio. Antes de las 12 del mediodía ya había decenas de personas a las puertas del club que los había hecho millonarios. Pronto las calles del distrito comenzaron a oler a sidra y champán.
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