
Cupido ya no se llama Cupido. Ahora se llama Tinder, Bumble, Grindr, Badoo, Hinge. Las aplicaciones de citas han sacudido la forma en la que se establecen los vínculos afectivos y románticos en todo el globo, y también las dinámicas que acompañan a esas nuevas maneras de relacionarse. Junto a los match, los bloqueos, los fueguitos y los superlikes, aparecen nuevas palabras que describen —mediante anglicismos— comportamientos muy particulares: así surge el ghosting, cuando algún ligue desaparece de repente y para siempre; el breadcrumbing, cuando alguien muestra señales intermitentes de interés, pero sin compromiso ni responsabilidad afectiva; o el zombieing, cuando el fantasma vuelve a retomar el contacto como si nada hubiera pasado. Aunque no son fenómenos exclusivos del mundo virtual, sí parece que se dan ahí con más frecuencia, según los expertos consultados.