
En medio de un cañón a la sombra del monte Sinaí, en el sur de la península homónima de Egipto, el remoto monasterio de Santa Catalina ha permanecido activo desde que, a mediados del siglo VI, el emperador bizantino Justiniano I ordenó su construcción para proteger un templo levantado anteriormente cerca del lugar donde se dice que Dios se apareció a Moisés. Se trata del monasterio cristiano más antiguo del mundo habitado de forma ininterrumpida.
Nuestra fuente:Cultura en EL PAÍS Publicado para Latino America