
Estados Unidos sigue siendo la esquiva tierra prometida del planeta fútbol. El mayor mercado de derechos televisivos y venta de entradas se resiste al encanto del deporte que más pasiones levanta en todo el mundo. El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, que mantiene una estrecha relación con Donald Trump, quiere que el Mundial de Clubes y, sobre todo, el de selecciones de 2026, que organiza Estados Unidos junto a México y Canadá, sirvan de catapulta para elevar la popularidad del juego. Pero las políticas de Trump, con la hostilidad hacia sus vecinos, sus decisiones migratorias y comerciales y los vetos a la entrada de ciudadanos de múltiples países, además de las recientes protestas a cuenta de las políticas del presidente que prendieron en Los Ángeles —toque de queda incluido—, amenazan con ensombrecer ambos eventos.
Nuestra fuente:EL PAÍS Edición Argentina: el periódico global en EL PAÍS Publicado para Argentina