
Como si se desperezara del mal sueño en el que lleva sumergida toda la semana, la ciudad de Los Ángeles se despertó encapotada para, a las nueve y media de la mañana, cuando empezó la gran protesta contra el presidente Donald Trump y sus políticas conservadoras —o fascistas, como se leía en muchos de los carteles de la marcha—, despejarse con un sol brillante de lo más californiano. Este sábado era el día de la gran manifestación No Kings (Sin reyes), que congregó a ciudadanos en más de un millar de ciudades de todo el país. De todas las edades, confesiones (había desde sacerdotes con alzacuellos a mujeres con hiyab), condición física, raza o nacionalidad, millones de personas salieron a las calles de ciudades y pueblos para alzar la voz en defensa de los migrantes y contra las políticas ultraconservadoras del republicano, que precisamente este sábado ha cumplido 79 años y lo ha celebrado con un gran desfile militar en la capital, Washington D.C.
Nuestra fuente:EL PAÍS Edición Argentina: el periódico global en EL PAÍS Publicado para Argentina