
Sucedió el año pasado, durante una práctica de las selecciones juveniles argentinas en el predio de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), en la periferia de Buenos Aires. A la espera de un partido del equipo de Lionel Scaloni, Lionel Messi pasaba el tiempo mirando un entrenamiento de los pibes. El 10 se cuida de emitir sentencias futbolísticas en público, pero esa vez verbalizó, al costado del campo de juego, un elogio que no pasó desapercibido para quienes estaban cerca. “Es bueno”, dictaminó como lo que es, un Zeus de la pelota, señalando a Franco Mastantuono, un mediapunta zurdo, elegante y de gran pegada, entonces un chico de 16 años.
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