
El amante del policial nunca tiene suficiente. Quién sabe qué hay en la afición por lo detectivesco —el propio misterio en sí, la posibilidad de estar cada vez ante un abismo diferente, el reto de enfrentarse a un acertijo del que dependen vidas, por más que estas sean ficticias— que la vuelve por completo adictiva. Tal vez sea la forma que adopta cada vez, permitiendo, mientras se persigue al criminal, formar parte de la vida de su protagonista, y llegar a considerarlo una especie de viejo conocido. Lo cierto es que, por más que estemos en la era del true crime, la ficción criminal sigue ahí, en plena forma, y buena muestra de ellos son estas 12 series —algunas en activo desde hace más de dos décadas, para aquellos que busquen un segundo hogar policial— capaces de saciar la siempre insaciable sed de investigación catódica.
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