
Las multitudinarias protestas de Los Ángeles han abandonado las calles del centro de la ciudad, pero no se han apagado del todo. Las manifestaciones se registran desde hace días en locaciones menos llamativas de la periferia angelina, allí donde el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, el temido ICE, lleva a cabo su guerra contra los indocumentados. Los policías de migración enfrentan cada vez más resistencia para hacer el trabajo encomendado por Donald Trump. Activistas y gente de a pie se han convertido en un heterogéneo movimiento de resistencia que está dispuesto a servir de oposición a los agentes federales. El grupo se ha propuesto incluso dejar sin descanso al ICE.
Nuestra fuente:Internacional en EL PAÍS