
Cuatro palabras —“Estados Unidos bombardea Irán”— bastan para resumir lo que el presidente Donald Trump hizo este sábado por la noche, madrugada del domingo en Teherán: pulverizar más de 45 años de contención en las tensas relaciones entre Washington y uno de sus más correosos enemigos. La decisión de bombardear tres instalaciones nucleares estratégicas de la República Islámica —anunciada, como tantas otras trascendentales, en la red social propiedad del líder republicano, Truth— no solo introduce a la primera potencia mundial en una era de incertidumbre en el inestable escenario de Oriente Próximo, también marca un punto de inflexión en la relación de Trump con el intervencionismo en el extranjero.
Nuestra fuente:EL PAÍS Edición México: el periódico global en EL PAÍS Publicado para México