Los adolescentes migrantes que no tengan a sus padres en Estados Unidos ya no serán puestos directamente bajo el cuidado del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés), sino que ahora los agentes de inmigración les preguntarán antes si quieren deportarse voluntariamente. Si responden que sí, serán enviados de vuelta a sus países de origen. De lo contrario, serán transferidos a la Oficina de Reubicación de Refugiados, una agencia del HHS.
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