
Ricardo Gareca esperó el duelo frente a Argentina de manera especial. Sabiendo que una derrota ante los campeones del mundo virtualmente condenaba a la selección chilena al último lugar de la tabla clasificatoria y sepultaba definitivamente sus esperanzas de ir al mundial. Por eso, en los escasos días de trabajo que tuvo con La Roja trató de distender el ambiente. Lo hizo de manera singular: su hijo Milton lo acompaño en las prácticas cebándole mate.
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