
Rompe a llorar otra vez Coco Gauff, emocionada de nuevo. Pero nada tienen que ver este desenlace y estas lágrimas con las de hace tres años en París, cuando fue devorada por Iga Swiatek y por la presión de afrontar su primera gran final, y se marchaba entonces reprochándose que no había estado a la altura de las circunstancias ni del escenario, presa de la polaca y también del nerviosismo. 18 años, tenía. Así que muy distinto este epílogo. Aryna Sabalenka, corriente a favor al principio, es la que cae esta vez en la sobreexcitación y la que se pega un tiro en el pie. Son dos miradas radicalmente distintas: el hielo frente a la cólera. Al final, levanta otro grande la estadounidense, el segundo de su carrera; el primero en el Bois de Boulogne. Desquite confirmado: 6-7(5), 6-2 y 6-4, en 2h 38m.
“MYKONOS, AZÚCAR Y ALCOHOL”
Gauff, exultante, se convirtió en la más joven (21) que conquista Roland Garros desde que lo hiciera Serena Williams con 20 años en 2002. “Hacía mucho viento, sabía que iba a ser difícil. Muy mental. No ha sido bonito, pero el trabajo está hecho”, indicó la vencedora.
A diferencia de 2022, cuando se quebró emocionalmente incluso antes de saltar a la pista, esta vez estaba “realmente preparada” para hacerse con el trofeo que de niña se imaginaba ganando. Sucumbió en su día ante Swiatek, que no frente a Sabalenka.
“Hoy no era día para jugar un gran tenis”, se refirió a la climatología, mientras Sabalenka se había expresado antes en tono autocrítico: “Hoy no era el día”. Y transmite a continuación que, de haber estado en su lugar Swiatek, a la que rindió en las semifinales, no hubiera perdonado”.
Le replicará luego la campeona: “No estoy de acuerdo, no creo que sea justo decir eso. ¡Aquí me tenéis! Sin querer desprestigiar a Iga, la última vez que jugué contra ella le gané. Por el nivel de las últimas semanas, Aryna era la favorita. Pero yo tenía la convicción”.
En el parlamento sobre la pista, la bielorrusa ha dejado claros sus planes: “Tengo un vuelo reservado para Mykonos. Eso y alcohol y azúcar… Necesito un par de días para olvidarme de todo esto; si pudiera, diría unas cuantas palabrotas”.
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