Los abogados de Harvard y los de la Administración de Donald Trump se han encontrado este lunes por primera vez desde que empezó la ofensiva de la Casa Blanca contra las universidades. Con su plante ante las exigencias de Washington, que ha congelado más de 2.600 millones en subvenciones y contratos por la respuesta de la institución al supuesto antisemitismo en su campus, Harvard, la universidad más antigua y rica del país, se ha convertido en símbolo de la resistencia en una guerra que va más allá de las proclamas propalestinas proferidas en la gran movilización estudiantil contra la guerra de Gaza que recorrió EE UU en la primavera de 2024, y que amenaza con yugular la libertad de expresión e incluso la de cátedra.
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